La Cantante Calva (de Componentes Compañía Teatral) surgió a mediados del año 2010 dentro del contexto académico de la Carrera de Dirección y Puesta en Escena de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD), como proyecto Tesis de Graduación de la Directora Leticia Tómaz. Es decir que es un proyecto que fue trabajado durante mucho tiempo, con mucho cuidado, y que contó durante el año 2010 con el seguimiento de reconocidos directores teatrales y docentes como Luis Cano y Roberto Castro, entre otros.
Durante el año 2011 la puesta siguió siendo elaborada y mejorada para llegar a su estreno oficial en la cartelera del off porteño, el cual tuvo lugar en el Teatro La Carbonera a finales del mes de mayo, donde realizó una temporada de 6 meses consecutivos con muy buenas repercusiones a nivel tanto del público como de la crítica.
Durante todo el proceso (prácticamente un año) se ha trabajado explorando el género absurdo con el precepto de no partir de la incoherencia misma (el errado criterio del “todo porque sí”) sino siguiendo las claves que abren los diferentes conflictos que surgen a lo largo de la obra. Son esos conflictos los que, por sí mismos y sin forzar nada, dejan en evidencia el absurdo propio de la condición del hombre moderno. Esta puesta logra, de esta manera, que quien asista a la obra se ría de aquellos seres y aquellas situaciones que ve en escena y al mismo tiempo, sin embargo, no deje de sentir que toda esa incoherencia no difiere mucho de la incoherencia y el vacío que atraviesa a diario en su propia realidad.
La compañía entera ha trabajado en un largo camino de exploración y compromiso para alcanzar el estilo de actuación que requiere la poética absurdista y del mismo modo con las demás áreas: escenografía, vestuario, maquillaje, iluminación, etc.; intentando hacer de la puesta de “La Cantante Calva” un todo coherente en sí mismo que logre transmitir el universo estético y semántico que durante todo el proceso de trabajo se ha llegado a construir.
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