18/11/11

"LA CANTANTE CALVA" de E.Ionesco DICE HASTA PRONTO!!! (Hoy despedida 2011)

DESPUÉS DE 6 MESES EN CARTEL "La Cantante Calva" de Componentes Compañía Teatral DESPIDE SU TEMPORADA 2011!!!!

HOY VIERNES 18 DE NOVIEMBRE A LAS 21HS. - ÚLTIMA FUNCIÓN
La Cantante Calva
de Eugène Ionesco
Dirección: Leticia Tómaz

Dijo la crítica:
"Imperdible"
Julia Panigazzi, asalallenaonline.com.ar
"Una invitación a dejarse llevar por el juego infinito del absurdo" - Sandra Echezarreta,
leedor.com
“Buenísima. Una muy bella representación de esta obra clásica. Trabajada con actuaciones que realzan el toque humorístico en los gestos y expresiones de una manera excelente"María Inés Senarbe,
espectaculosalamod.wordpress.com
“El resultado es un humor ácido y a la vez provocativo" Alfred Hopkins,
jaquematepres.blogia.com
Quisiera destacar a  Darío Serantes y Matías Stella entre las brillantes actuaciones y el trabajo de dirección que logran darle un nuevo aire al difícil texto.” – María Inés Senarbe, espectaculosalamod.wordpress.com
 “Se destaca Leticia Llagostera en su papel.” – Julia Panigazzi, asalallenaonline.com.ar
Excelente dupla conformada por  Guadalupe Iturbide y Nicolás Giménez.” – Julia Panigazzi, asalallenaonline.com
Ingeniosa interpretación de Natalia Oyanedel Issa.” – Julia Panigazzi, asalallenaonline.com
 

Funciones Viernes 21hs.
Teatro La Carbonera - Balcarce 998
Reservas: 4362 2651

La Cantante Calva es la obra por excelencia del teatro del absurdo. Absurdo que es producto de la sociedad, del sinsentido del hombre moderno y por esta razón la obra resulta cómica y extraña.
Una obra para reírse del vacío y la desventura ajena (aunque en el fondo, quizás, esa no sea una realidad tan ajena a nosotros mismos).

Elenco: Leticia Llagostera, Darío Serantes, Natalia Oyanedel Issa, Nicolás Giménez, Guadalupe Iturbide y Matías Stella

Escenografía: Susana Russo / Vestuario: Ana Julia Figueroa / Iluminación: Nadia Strier / Maquillaje: Lis Iun / Ilustración: Esteban Tómaz / Diseño Gráfico: Florencia Romero / Asistencia de Dirección: Nicolás Isasi

11/11/11

LA YAPA! 2 ÚLTIMAS FUNCIONES - LA CANTANTE CALVA de E.Ionesco

DESPUÉS DE 6 MESES EN CARTEL "La Cantante Calva" de Componentes Compañía Teatral DESPIDE SU TEMPORADA 2011!!!!

VIERNES 11 Y VIERNES 18 DE NOVIEMBRE A LAS 21HS. - ÚLTIMAS 2 FUNCIONES
La Cantante Calva
de Eugène Ionesco
Dirección: Leticia Tómaz

Dijo la crítica:
"Imperdible"
Julia Panigazzi, asalallenaonline.com.ar
"Una invitación a dejarse llevar por el juego infinito del absurdo" - Sandra Echezarreta,
leedor.com
“Buenísima. Una muy bella representación de esta obra clásica. Trabajada con actuaciones que realzan el toque humorístico en los gestos y expresiones de una manera excelente"María Inés Senarbe,
espectaculosalamod.wordpress.com
“El resultado es un humor ácido y a la vez provocativo" Alfred Hopkins,
jaquematepres.blogia.com
Quisiera destacar a  Darío Serantes y Matías Stella entre las brillantes actuaciones y el trabajo de dirección que logran darle un nuevo aire al difícil texto.” – María Inés Senarbe, espectaculosalamod.wordpress.com
 “Se destaca Leticia Llagostera en su papel.” – Julia Panigazzi, asalallenaonline.com.ar
Excelente dupla conformada por  Guadalupe Iturbide y Nicolás Giménez.” – Julia Panigazzi, asalallenaonline.com
Ingeniosa interpretación de Natalia Oyanedel Issa.” – Julia Panigazzi, asalallenaonline.com
 

Funciones Viernes 21hs.
Teatro La Carbonera - Balcarce 998
Reservas: 4362 2651

La Cantante Calva es la obra por excelencia del teatro del absurdo. Absurdo que es producto de la sociedad, del sinsentido del hombre moderno y por esta razón la obra resulta cómica y extraña.
Una obra para reírse del vacío y la desventura ajena (aunque en el fondo, quizás, esa no sea una realidad tan ajena a nosotros mismos).

Elenco: Leticia Llagostera, Darío Serantes, Natalia Oyanedel Issa, Nicolás Giménez, Guadalupe Iturbide y Matías Stella

Escenografía: Susana Russo / Vestuario: Ana Julia Figueroa / Iluminación: Nadia Strier / Maquillaje: Lis Iun / Ilustración: Esteban Tómaz / Diseño Gráfico: Florencia Romero / Asistencia de Dirección: Nicolás Isasi

21/10/11

TRAILER "LA CANTANTE CALVA" COMPONENTES COMPAÑÍA TEATRAL

Componentes Compañía Teatral despide su 1º Temporada después de 5 meses en cartel
ÚLTIMAS FUNCIONES DE "LA CANTANTE CALVA" DE E.IONESCO
Viernes 21hs. - Teatro La Carbonera - Balcarce 998 - San Telmo
 Todavía no la viste??

7/10/11

Crítica a La Cantante Calva - Por Sandra Echezarreta

La cantante Calva
Por: Sara Echezarreta | Publicado en Leedor el 11-09-2011
http://www.leedor.com/notas/4732---la_cantante_calva.html

Dirección y puesta en escena: Leticia Tómaz
Actores: Leticia Llagostera, Darío Serantes, Natalia Oyanedel Issa, Nicolás Giménez, Guadalupe Iturbide, Matías Stella
Viernes 21hs. Teatro La Carbonera - Balcarce 998 Reservas: 4362 2651
Localidades: $50 (Descuentos estudiantes y jubilados $30)
"...el hombe es arrojado al mundo...haciéndose cargo de una existencia que le ha sido impuesta..."

Muy buen trabajo de Leticia Tómaz, quien explora el género absurdo sobre la obra paradigmática de Ionesco, transitando el sinsentido de la vida burguesa.

La Cantante Calva nos habla de dos parejas inglesas, en su cotidianeidad patética.

El diálogo de sordos, las palabras dichas de tal forma que no logran comunicar nada al otro, que por su parte, tampoco escucha. Pese a reflejar una triste realidad, ellos la niegan y en consecuencia viven aturdidos en una ignorancia casi feliz.

En el entorno vacío y monótono giran en movimientos y frases que pueden recordar a unos hamsters en su ruedita. El brillante texto genera situaciones hilarantes que los actores explotan con éxito.
Una invitación a dejarse llevar por el juego infinito del absurdo. Hacer un paréntesis en nuestro pensamiento racional, cambiar las reglas de lógica y tal vez reconocernos en alguno de estos carruseles de palabras sin sentido, puede valer la pena.

30/9/11

La Nueva Generación de Directores - Nota en La Nación a Leticia Tómaz, Directora de La Cantante Calva

La escena alternativa está llena de jóvenes directores que se destacan a través de elogiados trabajos

Por Laura Ventura  | Para LA NACION

http://www.lanacion.com.ar/1405365-sub-27-la-gran-camada-de-directores-jovencisimos

 
CHIQUITOS... Pero talentosísimos, el extenso grupo de directores reunido por LA NACION en Timbre 4. - Foto: Oliver Kornblihtt / AFV


Es una tarde helada y llueve. Todos llegan temprano a la cita y, para la mayoría, ésta es su primera entrevista. Algunos se conocen por haber compartido algún taller, pero hay un común denominador que los aglutina: su entusiasmo por hacer teatro. Hay docentes y veteranos de las tablas, a pesar de que los mayores tienen apenas 27 años.
Claudio Tolcachir prestó su sala Timbre 4 para la producción, y coincide con los directores en la puerta, los mismos que en la entrevista lo destacan como un modelo por seguir, como alguien que empezó muy joven, que lo sigue siendo y que logró un espacio destacado en nuestro teatro que en las entrevistas lo destacan como un modelo por seguir, como alguien que empezó muy joven, que lo sigue siendo, y que logró un espacio destacado en nuestro teatro.
Diego Faturos y Francisco Lumerman ofician de anfitriones en la sala, donde se presentan Vientos que zumban entre ladrillos y En tus últimas noches , escritas y dirigidas por ellos, respectivamente. Diego recorrió el mundo como actor con La omisión de la familia Coleman, y Francisco obtuvo múltiples premios como autor, entre ellos el primer puesto en el concurso Rozenmacher (con un jurado integrado por Mauricio Kartun, Daniel Veronese y Jorge Dubatti) por Te encontraré ayer . Actores y autores, los dos se animaron a dirigir. "Empezó como un juego. Escribía porque quería actuar y no teníamos textos. Teníamos 20 años, por eso en las historias éramos huérfanos. Y después, con el guión ya terminado, mis compañeros me decían: «Dale vos». Yo puedo intercambiar de rol con facilidad. Escribo, pero mi formación como actor [hoy participa de Vientos que zumban? ] es fundamental para dirigir. Así nació El festejo , mi primera obra", dice Francisco, que en octubre regresa con la cuarta temporada de De cómo duermen los hermanos Moretti (en Anfitrión).
Amigos desde los 13 años, Diego y Francisco se conocieron el primer día que ingresaron en Andamio 90, la escuela de Alejandra Boero, para estudiar actuación. Francisco armó un grupo con sus compañeros de colegio e integró a Diego al equipo. Juntos fundaron a los 17 años el grupo Abriendo Paso, junto con Manuela Amosa, Lisandro Penelas y Johanna Braña, con el que realizaron dos infantiles, aunque lo suyo no era cosa de chicos. Diego luego escribió y dirigió Vitel Toné , Palabristas , de Lucía Laragione, y ahora prepara Amanda vuelve , con Marta Lubos ("Siempre la tuve a ella en la cabeza cuando escribía la obra y un día, en París, los dos estábamos de gira, y se sentó frente a mí en una cena y se lo propuse") y Sandra Villani. "Con Coleman crecí y conocí el mundo, pero también quería apostar a mi trabajo como director. Es increíble ver esas escenas que tenías en la cabeza luego sobre el escenario. Es alucinante cuando la sala se llena de eso en lo que uno cree", dice Diego, uno de los coordinadores de la escuela de Timbre 4, que tiene más de 600 alumnos.

Una nueva generación

En un círculo, charla un grupo de directores, intercambian sus tarjetas de presentación, todas en colores y a doble faz. Son los programas de sus obras y se invitan mutuamente a ver sus presentaciones.
La mayoría de las obras que los jóvenes directores realizan provienen de textos propios y además existe en todos una formación desde la actuación. Ramiro Guggiari, nieto de Tato Pavlosky ("no creo que sea por esto que me guste el teatro"), tuvo sus inicios en la escuela de actuación. "Siempre supe, desde que empecé a estudiar teatro, que no iba a ser actor, sino director. No me veo a mí mismo en el escenario. No creo que sea ni más ni menos que el actor. Simplemente es otro rol", asegura quien a sus 26 años acaba de estrenar su segunda pieza, Complexión (La Ranchería).
Gonzalo Senestrari (22 años) también proviene de una familia de artistas, hijo de Alejo Beccar, dueño de la sala La Tertulia, ya lleva varias obras escritas y debutó en la dirección con Los fracasados , en la que reflexionó sobre la idiotez humana.

Leticia Tómaz parece ser la excepción. Ella dirige La cantante calva (La Carbonera), de Eugène Ionesco, impulsada por sus maestros en la Escuela Municipal de Arte Dramático (EMAD) Luis Cano y Roberto Castro, donde obtuvo el título de directora. "Todo el elenco es mayor que yo. Creo que les debe haber resultado raro verme por primera vez. «¿Esta con cara de nenita me va a dirigir a mí?», me imagino que pensaron. Pero después todo fluyó. Como directora, y a partir de mi edad [24 años], hay que trabajar en una estabilidad e intentar ocultar la inestabilidad si aparece."

La mirada fresca de una nueva generación aparece en los textos, en las puestas y en las temáticas. Juan Pablo Galimberti (27 años) lleva a cabo Chat (Espacio Polonia), en el que se mete de lleno con el papel y juegan las nuevas formas de comunicación en las familias: "Es el universo de la clase media, y en el mundo del chat, que para mí es como el agua, donde tenés una gran libertad para transitar distintos estados y podés convertirte en lo que quieras. Esto me atrajo por la gran cantidad de posibilidades que me permitía desde lo teatral".
Aunque también están aquellos jóvenes que apuestan a tonos que tuvieron su apogeo hace años, como el melodrama, nutridos de la TV de los setenta, como la ya clásica Rolando Rivas, taxista . Es el caso de Fabio Golpe (24 años), que presenta el unipersonal La otra vida , con Marien Perseo (Pan y Arte), y Quizás un día sí (La Casona Iluminada), en la que se anima a contar una historia cuyo eje es la fe y la religión. "Empecé a dirigir mis obras porque sino, no podía hacer teatro. Fui creciendo. Nunca descuido el humor y hacer reír no tiene que ver con la edad. Si algo está bien contado, llega al público de todas las edades", dice Golpe, quien participará del Ciclo Pendex ( Todavía no saben lavarse los calzones, y ya hacen teatro ), organizado por las también jóvenes Monina Bonelli y Maruja Bustamante.
Hay muchos maestros y personalidades que inspiraron y sembraron la huella en esta nueva generación de realizadores. Hugo Midón merece un capítulo aparte. Sebastián Kirzner (26 años), el director y autor de La beca (La Mueca), se formó en la escuela Río Plateado, de Midón. "Quedé tocado por la singularidad de ese lenguaje y por la búsqueda de encontrar uno propio. Uno no elige hacer teatro. Está dentro de uno. Tuve suerte de llegar a esa escuela", recuerda Sebastián.
Sol Titiunik, la responsable de Rapaz (Teatro Oeste), además de directora de cine y de dar sus primeros pasos en Magazine For Fai como actriz, también estudió con Hugo Midón y Nora Moseinco: "Es fundamental que alguien, con generosidad, te estimule de chico y te dé seguridad. Es un ciclo, que no tiene que ver con la edad. Hoy, por ejemplo, me siento un poco la madre de algunos de mis actores y hasta les hablo y les transmito lo que considero clave para hacer teatro: compromiso".


16/9/11

Crítica "La cantante calva" por Octavio Ciro Galli

La cantante calva de Leticia Tómaz Teatro 

 


Penumbras, un reloj antiguo, una mujer erguida de espaldas al público, dos sillas, un hombre sentado leyendo el diario, ambos inmovilizados. Tal es el cuadro con el que nos encontramos al entrar a la sala. Al cabo de unos minutos, cundo el lugar se encuentra ya en silencio y reina la oscuridad, comienza a sonar el reloj con su clásica campanada. Los personajes cobran vida y dan comienzo a una cadena de diálogos absurdos que componen la obra.

Ellos son el Sr. Y la Sra. Smith, un matrimonio burgués que vive –orgullosamente- en las afueras de Londres, cuya poco coherente conversación parece tener total coherencia para ellos. Y es que de eso se trata: de reflejar un momento cualquiera de cualquier día en la vida de cualquier familia de clase media, y mostrar lo absurdo que habita en nuestra cotidianeidad, en nuestros roles como pareja, padre/madre, amigx. Absurdo que no vemos pero que existe en nuestra sociedad (¿o no son absurdas las apariencias, por ejemplo?).

A estos personajes se les suma una mucama muy particular, rebelde con sus patrones e irreverentes con los invitados; otro matrimonio –los Martin-, que se reconocen como tal luego de ver algo familiar en sus rostros, y llegan a la conclusión de que duermen en la misma cama después de una serie de coincidencias entre ambos. El elenco se completa con el jefe de bomberos, que mucho trabajo no tiene y que intenta entretener a las parejas con anécdotas de bomberos.

Es destacable la gestualidad de los actores y las actrices y su desplazamiento en escena. En la escenografía sólo vemos lo necesario, es una obra que no necesita más que dos sillas, un reloj y una puerta, el resto es el texto de Ionesco y las buenas actuaciones. La caracterización de los personajes, a través de un excelente trabajo de vestuario y maquillaje, da la impresión de haber sido sacados de una caricatura. 

La directora, Leticia Tómaz Teatro, consigue presentar de una manera muy entretenida esta obra de Eugene Ionesco, con actuaciones graciosas, personajes bien logrados y una puesta en escena sencilla pero que no necesita más. 
Octavio Ciro Galli



LA CARBONERA
Balcarce 998 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4362-2651
Entrada: $ 50,00 y $ 30,00 - Viernes - 21:00 hs 


1/7/11

Una vez más la crítica habla de La Cantante Calva de Componentes Compañía Teatral

Buenísima.
Una muy bella representación de esta obra clásica. Trabajada con actuaciones que realzan el toque humorístico en los gestos y expresiones de una manera excelente.
Se explora de manera muy inteligente esta idea que refresca toda la obra, considerando que la primera presentación de la obra fue a mediados del siglo XX.. Muchas obras y textos se acumularon con mayor o menor efectividad a lo largo de los años y el aspecto absurdo de la vida ha dejado marcas en la cultura y muchas de estas obras pueden ser vistas sólo como obra de joyería antigua.
Lograron una puesta muy graciosa, por supuesto para seres con cierto bagaje estético.
Quisiera destacar a  Darío Serantes y Matías Stella entre las brillantes actuaciones y el trabajo de dirección que logran darle un nuevo aire al difícil texto.

Por María Inés Senabre

La cantante calva  de Eugene Ionesco
Dirección: Leticia Tómaz


Viernes 21hs.
Teatro La Carbonera – Balcarce 998
Reservas: 4362 2651

Localidades: $50 (Descuentos estudiantes y jubilados $30)

Elenco: Leticia Llagostera, Darío Serantes, Natalia Oyanedel Issa,  Nicolás Giménez, Guadalupe Iturbide y  Matías Stella

Y así se suceden los momentos, unos iguales a los otros, cada vez con mayor tensión, pero volviendo a empezar una y otra vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez…
La Cantante Calva es la obra por excelencia del teatro del absurdo. Absurdo que es producto de la sociedad, del sinsentido del hombre moderno y por esta razón la obra resulta cómica y extraña.
En escena dos matrimonios ingleses, viven una cotidianeidad inglesa, bajo el monótono sonido de un reloj inglés. Ellos son desdichados y no saben por qué. Son fantoches encerrados en un espacio mínimo que no ofrece distracción alguna para escapar de su patética existencia. Sin embargo las situaciones que viven no son trágicas; por el contrario, escapan a toda lógica entrando de lleno en el terreno del sinsentido, la incoherencia y la ridiculez.
La Cantante Calva es una obra para reírse del vacío y la desventura ajena (aunque en el fondo, quizás, esa no sea una realidad tan ajena a nosotros mismos).
“…el hombre es arrojado al mundo… haciéndose cargo de una existencia que le ha sido impuesta…”

Escenografía: Susana Russo / Vestuario: Ana Julia Figueroa / Iluminación: Nadia Strier
Maquillaje: Lis Iun / Ilustración: Esteban Tómaz / Diseño Gráfico: Florencia Romero
Asistencia de Dirección: Nicolás Isasi


NOTAS Y ACREDITACIONES:
4953-7258
tehagolaprensa@sion.com 


23/6/11

Dice la crítica sobre La Cantante Calva de Componentes Compañía Teatral

La Cantante Calva - Por Julia Panigazzi 


 

La Cantante Calva

Dirección: Leticia Tómaz. Autoría: Eugène Ionesco. Vestuario: Ana Julia Figueroa. Escenografía: Susana Russo. Iluminación: Nadia Strier. Maquillaje: Lis Lun. Elenco: Nicolás Giménez, Guadalupe Iturbide, Leticia Llagostera, Natalia Oyanedel Issa, Darío Serantes, Matías Stella. Prensa: Tehagolaprensa

Sin duda esta es una de las obras más interesantes del autor teatral rumano: exagerada, ridícula y dramática La Cantante Calva  juguetea con las lineas del absurdo, característico  de Ionesco, exagerando al máximo la rutina y abusando de la repetición.

En el living comedor diario se introduce  a los Smith, una pareja inglesa desgastada, con niños y mucama que viven en los suburbios de Londres. La Sra. Smith ensaya un parlamento frente a su marido el cual los evidencia como una pareja monótona, aburrida y sin ningún interés en particular. Se destaca Leticia Llagostera en este papel de mujer sumergida en boberias protocolares que la detiene  en el tiempo e impiden una comunicación fluida con su marido, interpretado por Dario Serantes (Eduardo III, Una Visita Inoportuna) un Sr. Smith que termina por cerrar el circulo de dialogo fallido, diario en mano e indiferente. Llegan de visita los Martín, una pareja inglesa oriunda de Manchester que no se reconoce y parecen convivir dentro de un limbo curioso de extrañezas y coincidencias: y es que la falta de comunicación llego a un estadio en el cual se les hace imposible sobrellevar el matrimonio. La excelente dupla esta conformada por  Guadalupe Iturbide y Nicolás Gimenez, quienes se repiten y se sorprenden de descubrirse cónyuges .

Cada vez que el reloj suena, la atmósfera se transforma, la iluminación es tenue y abre paso al silencio incomodo en las parejas o al ingreso de la mucama Mary, ingeniosa interpretación de Natalia Oyanedel Issa , quien vendría a ser el único personaje iluminado, aun siente pasiones, puede pensar y es testigo de algunas situaciones a las que intenta adjudicarle alguna lógica, sin éxito. El capitán de bomberos encarnado por Matias Stella, representa a el hombre estructurado, que parece amar su trabajo y se lo ve a la espera de ese gran incendio …

Dirige con confianza Leticia Tomáz una pieza complicada para el mismo Ionesco, quien confiesa que muchas de las lineas son textuales de su manual de inglés, donde los Smith y los Martín rezaban: el techo esta arriba, el piso esta abajo , la semana tiene siete dias . La critica dictó en su momento que se trataba de una pieza que parodiaba la vida del pequeño burgués ingles, es esto y mucho más lo que encierra esta Cantante Calva que no aparece en ninguna escena y es mencionada solo en una linea casi sobre el final. Se trata de una obra que es una burla a la comedia, imperdible.

Teatro: La Carbonera - Balcarce 998 
Reservas: 4362-2651
Funciones: Viernes - 21:00 hs
Entrada: $ 50,00 y $ 30,00


7/6/11

La Cantante Calva - La Tragedia del Lenguaje (en Notas y Contranotas) - Eugène Ionesco

En 1948, antes de escribir mi primera pieza: La cantante calva, no quería convertirme en un autor teatral. Ambicionaba simplemente aprender inglés. El aprendizaje del inglés no conduce necesariamente a la dramaturgia. Al contrario, me convertí en un autor teatral porque no logré aprender inglés. Tampoco escribí estas piezas para vengarme de mi fracaso, aunque se haya dicho que La cantante calva era una sátira de la burguesía inglesa. Si hubiera querido y no hubiera logrado aprender italiano, ruso o turco, se hubiera podido decir igualmente que la pieza resultante de ese esfuerzo vano era una sátira de la sociedad italiana, rusa o turca. Me doy cuenta que debo explicarme. He aquí lo que me sucedió: para aprender inglés compré, pues, hace nueve o diez años, un manual de conversación franco-inglesa, al uso de los principiantes. Me puse a trabajar. Copié concienzudamente las frases extraídas de mi manual para aprenderlas de memoria. Releyéndolas atentamente, no aprendí inglés pero sí, en cambio, verdades sorprendentes: que hay siete días en la semana, por ejemplo, lo que, por otra parte, sabía; o bien, que abajo está el piso, arriba el techo, lo que sabía igualmente, quizá, pero en lo cual nunca había reflexionado seriamente o que había olvidado, y que me parecía de pronto tan asombroso como indiscutiblemente cierto. Tengo sin duda bastante espíritu filosófico como para darme cuenta que lo que transcribía a mi cuaderno no eran simples frases inglesas en su traducción inglesa sino verdades fundamentales, comprobaciones profundas.

No por eso abandoné aún el estudio del inglés. Felizmente, pues, después de las verdades universales el autor del manual me revelaba verdades particulares; y para ello este autor, inspirado, sin duda, en el método platónico, las expresaba por medio del diálogo. A partir de la tercera lección aparecían dos personajes que nunca supe si eran reales o inventados: el señor y la señora Smith, una pareja de ingleses. Ante mi gran asombro, la señora Smith informaba a su marido que tenían varios hijos, que vivían en los alrededores de Londres, que su apellido era Smith, que el señor Smith era empleado de oficina, que tenían una sirvienta, Mary, también inglesa, que tenían, desde hace veinte años, unos amigos llamados Martin, que su casa era un palacio, pues "la casa de un inglés es un verdadero palacio". Yo pensaba que el señor Smith debía estar un poco al corriente de todo aquello; pero, vaya a saber, hay gente tan distraída; por otra parte, es bueno recordar a nuestros semejantes cosas que pueden olvidar, de las cuales no tienen suficiente conciencia. Además de esas verdades particulares permanentes, se daban a conocer otras verdades del momento: por ejemplo, que los Smith acababan de cenar y que eran las nueve de la noche, hora inglesa, de acuerdo con el reloj de pared.

Me permito señalar el carácter indudable, perfectamente axiomático, de las afirmaciones de la señora Smith, así como la manera típicamente cartesiana de razonar del autor de mi manual de inglés, pues, lo que era notable, era la progresión superiormente metódica de la búsqueda de la verdad. En la quincuagésima lección llegaban los Martin; la conversación se entablaba entre los cuatro y, sobre los axiomas elementales se edificaban las verdades más complejas: "el campo es más tranquilo que una ciudad populosa", afirmaban unos; "sí, pero en la ciudad la población es más densa, hay muchos negocios", replicaban los otros, lo que es igualmente cierto y prueba, además, que verdades antagónicas pueden coexistir perfectamente.

Tuve entonces una revelación. Ya no se trataba para mí de perfeccionar mi conocimiento de la lengua inglesa. Consagrarme a enriquecer mi vocabulario inglés, aprender palabras para traducir en otra lengua lo que podía igualmente decir en francés, sin tener en cuenta el "contenido" de esas palabras, lo que me revelaban, hubiera sido caer en el pecado del formalismo que hoy los directores del pensamiento condenan con justa razón. Mi ambición era mucho mayor: comunicar a mis contemporáneos las verdades esenciales reveladas por el manual de conversación franco-inglesa. Por otra parte, los diálogos de los Smith y de los Martin eran propiamente teatro, ya que teatro es diálogo. Lo que tenía que hacer, pues, era una pieza de teatro. Escribí así La cantante calva, que es por consiguiente una obra teatral específicamente didáctica. ¿Y por qué se llama La cantante calva y no titularla La hora inglesa, como quise en cierto momento hacerlo? Sería una historia muy larga: una de las razones por las cuales La cantante calva fue titulada así, es porque ninguna cantante, calva o cabelluda, hace su aparición. Ese detalle debería bastar. Toda una parte de la pieza está hecha colocando una a continuación de la otra frases extraídas de mi manual de inglés; los Smith y los Martin de mi pieza, son los mismos, pronuncian las mismas sentencias, realizan las mismas acciones o las mismas "inacciones". En todo "teatro didáctico", no se trata de ser original, de decir lo que uno piensa: sería una falta grave contra la verdad objetiva; lo que hay que transmitir humildemente es la enseñanza misma que nos ha sido transmitida, las ideas que hemos recibido. ¿Cómo hubiera podido permitirse cambiar lo más mínimo en palabras que expresan de una manera tan edificante la verdad absoluta? Siendo auténticamente didáctica, mi pieza no debía ser sobre todo original ¡ni ilustrar mi talento!

Sin embargo, el texto de La cantante calva fue una lección (y un plagio) sólo al principio. Las réplicas del manual que había contra inscrito cuidadosamente en mi cuaderno escolar, al quedar allí se decantaron al cabo de un tiempo, cobraron vida propia, se corrompieron, se desnaturalizaron. Sucedió no sé cómo un extraño fenómeno: el texto se transformó ante mis ojos, insensiblemente. Las réplicas del manual que había copiado correctamente, unas a continuación de las otras, se alteraron, como por ejemplo esa verdad innegable, cierta: "abajo está el piso, arriba el techo". La afirmación -tan categórica como sólida: los siete días de la semana son lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo- se deterioró, y el señor Smith, mi héroe, enseñaba que la semana se componía de tres días que eran martes, jueves y martes. Mis personajes, mis buenos burgueses, los Martin, sufrieron un ataque de amnesia: aunque viéndose, hablándose todos los días, no se reconocieron. Otras cosas alarmantes se produjeron: los Smith nos informaban de la muerte de un tal Bobby Watson, imposible de identificar, pues nos informaban asimismo que las tres cuartas partes de los habitantes de la ciudad, hombres, mujeres, niños, gatos, ideólogos, se llamaban Bobby Watson. Un quinto personaje, inesperado, surgía por último para agravar la inquietud de los pacíficos matrimonios: el capitán de bomberos que contaba historias en las cuales parecía tratarse de un toro joven que hubiera dado a luz una enorme ternera, de una rata que hubiera nacido de una montaña; luego el bombero se marchaba para no perderse un incendio, previsto desde hacía tres días, anotado en su libreta, que debía producirse del otro lado de la ciudad, mientras los Smith y los Martin proseguían su conversación. ¡Ay! las verdades elementales y sensatas que ellos enunciaban a continuación unas de otras, se habían vuelto descabelladas, el lenguaje se había desarticulado, los personajes se habían descompuesto; la palabra, absurda, se había vaciado de su contenido y todo acababa en una pelea cuyos motivos era imposible conocer, pues mis héroes se enrostraban no ya réplicas, ni siquiera fragmentos de proposiciones, ni palabras, sino sílabas, o consonantes, ¡o vocales!...
Para mí, se trataba de una suerte de desmoronamiento de la realidad. Las palabras se habían convertido en cáscaras sonoras, desprovistas de sentido; también los personajes, desde luego, se habían vaciado de su psicología y el mundo se me aparecía bajo una luz insólita, quizá su verdadera luz, más allá de las interpretaciones y de una causalidad arbitraria.

Al escribir esta obra (pues esto se había convertido en una suerte de pieza o antipieza, es decir, una verdadera parodia de una pieza de teatro, una comedia de la comedia) sentía un verdadero malestar, vértigo, náusea. De cuando en cuando me veía obligado a detenerme y, al mismo tiempo que me preguntaba qué diablos me forzaba a seguir escribiendo, iba a echarme en un sofá con el temor de verlo caer en la nada; y yo junto con él. Cuando terminé este trabajo me sentí, sin embargo, muy orgulloso. Imaginaba haber escrito algo así como una tragedia del lenguaje... Cuando se representó me sorprendió casi oír reír a los espectadores que tomaron (y siempre toman) estas cosas alegremente, considerando que era una comedia, incluso una broma. Algunos (Jean Pouillon, entre otros), los que sintieron el malestar, no se equivocaron. Hubo otros que advirtieron que se trataba de una burla al teatro de Bernstein y sus actores: los actores de Nicolas Bataille lo advirtieron antes, al representar la pieza (sobre todo en las primeras representaciones) como un melodrama.

Más tarde, al analizar esta obra, críticos serios y doctos la interpretaron sólo como una crítica de la sociedad burguesa y una parodia del teatro de boulevard. Acabo de decir que admito esta interpretación: sin embargo, no se trata, en mi opinión, de una sátira de la mentalidad pequeño-burguesa relacionada a tal o cual sociedad. Se trataba, sobre todo, de una suerte de pequeña burguesía universal, puesto que el pequeño burgués es el hombre de las ideas recibidas, de los slogans, el conformista de todas partes: dicho conformismo es revelado, desde luego, por su lenguaje automático. El texto de La cantante calva o del manual para aprender inglés (o ruso o portugués), compuesto de expresiones hechas, de los clisés más gastados, me revelaba, por eso mismo, los automatismos del lenguaje, del comportamiento de la gente, "el hablar para no decir nada", el hablar porque no hay nada personal que decir, una ausencia de vida interior, la mecánica de lo cotidiano, el hombre inmerso en su medio social sin diferenciarse de él. Los Smith, los Martin no saben ya hablar porque ya no saben pensar, no saben ya pensar porque ya no saben conmoverse, ya no tienen pasiones, no saben ya ser, pueden "transformarse" en cualquier persona, en cualquier cosa, pues al no ser ya no son sino los otros, el mundo de lo impersonal, son intercambiables: se puede poner a Martin en lugar de Smith y viceversa, que no nos daremos cuenta. El personaje trágico no cambia, no se quiebra; es él, es real. Los personajes cómicos son personas que no existen.

(Comienzo de una charla pronunciada en los Institutos Franceses de Italia, 1958)
Notas y contranotas. Estudios sobre el teatro. Editorial Losada, S. A., Buenos Aires, Argentina, 1965

29/5/11

El pasado Viernes 27 de Mayo "La Cantante Calva" estrenó en el Teatro La Carbonera

Un refinado puesto de "La cantante calva" de Eugenio Ionesco en el teatro La Carbonera de San Telmo

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Hay una forma de decir las cosas desprendiéndose de la lógica común, de la rutina lingüística acostumbrada. Hablar de la sopa, por ejemplo, como si fuera una experiencia rara; contestar una pregunta sin usar palabras, con una expresión desorbitada de la cara. Es lo que sin mucha exactitud se llama “el absurdo,” una manera de abordar la teatralidad exitosamente empleada por Eugene Ionesco.

El resultado es un humor ácido y a la vez provocativo. En el estreno de “La cantante calva” anoche en el teatro La Carbonera de Buenos Aires, la joven directora Leticia Tómaz, egresada de la EMAD, supo explorar ampliamente los diferentes lenguajes latentes en en género absurdo.
En realidad la expresión “absurdo” queda a mitad de camino, pues es una forma de abordar los conflictos humanos saliendo de lo rutinario o de la búsqueda de un mundo sublime para situar los problemas desde otro registro (jugando con las palabras, violando las leyes comunes de la lógica, poniendo el foco en los aspectos de menos relieve de una situación).
“La cantante calva” se estrenó en París en medio de la furia de la Segunda Guerra Mundial, y desde entonces ha sido representada tantas veces que se ha convertido en una de las obras más representadas en Francia.

Subyace en la incomunicación entre los personajes, una fuerte crítica hacia la vida cotidiana.  Las vidas del matrimonio Martin son casi idénticas a las del matrimonio Smith; incluso el tiempo parece desaparecer. Las dos parejas discuten, pretenden arreglar cosas pero todo es inútil. En un momento llega un bombero y pregunta a los Martin: “¿y en su casa no se está quemando nada?” La repuesta: “No. Desafortunadamente…” Es decir, no pasa nada.

El bombero parece representar algo así como el hombre idealista, o de lógica común, para (junto a la criada) crear un fondo de contraste para entender mejor “lo absurdo” de la existencia de los dos matrimonios.
La directora Leticia Tómaz ha agregado un muy refinado concepto de lo estético y ha puesto en la gestualidad y en los movimientos precisos y perfectamente combinados de los actores el eje de la puesta. De esta manera, el espectáculo es lindo de ver no sólo por los textos de Ionesco; adquiere nuevo vuelo en las manos de la directora, posibilitando la exploración de diferentes lenguajes teatrales.

La cantante Calva de Eugenio Ionesco
Viernes de mayo a las 21 horas en el teatro La Carbonera, Balcarce 998 de San Temo.
Dirección: Leticia Tómaz
Reservas:        4362 2651
Localidades:    (Descuentos estudiantes y jubilados )

Elenco: Leticia Llagostera, Darío Serantes, Natalia Oyanedel Issa,  Nicolás Giménez, Guadalupe Iturbide y  Matías Stella
 Escenografía:    Susana Russo / Vestuario: Ana Julia Figueroa / Iluminación: Nadia Strier
Maquillaje:    Lis Iun / Ilustración: Esteban Tómaz / Diseño Gráfico: Florencia Romero
Asistencia de Dirección:   Nicolás Isasi


17/5/11

ESTRENO VIERNES 27 DE MAYO - 21HS. - TEATRO LA CARBONERA


La cantante calva
de Eugene Ionesco
Dirección: Leticia Tómaz

Viernes 21hs.
Teatro La Carbonera - Balcarce 998
Reservas: 4362 2651
Localidades: $50 (Descuentos estudiantes y jubilados $30)


Y así se suceden los momentos, unos iguales a los otros, cada vez con mayor tensión, pero volviendo a empezar una y otra vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez…

La Cantante Calva es la obra por excelencia del teatro del absurdo. Absurdo que es producto de la sociedad, del sinsentido del hombre moderno y por esta razón la obra resulta cómica y extraña.
En escena dos matrimonios ingleses, viven una cotidianeidad inglesa, bajo el monótono sonido de un reloj inglés. Ellos son desdichados y no saben por qué. Son fantoches encerrados en un espacio mínimo que no ofrece distracción alguna para escapar de su patética existencia. Sin embargo las situaciones que viven no son trágicas; por el contrario, escapan a toda lógica entrando de lleno en el terreno del sinsentido, la incoherencia y la ridiculez.
La Cantante Calva es una obra para reírse del vacío y la desventura ajena (aunque en el fondo, quizás, esa no sea una realidad tan ajena a nosotros mismos).

“…el hombre es arrojado al mundo… haciéndose cargo de una existencia que le ha sido impuesta…”


Elenco: Leticia Llagostera, Darío Serantes, Natalia Oyanedel Issa,  Nicolás Giménez, Guadalupe Iturbide y  Matías Stella

Escenografía: Susana Russo / Vestuario: Ana Julia Figueroa / Iluminación: Nadia Strier
Maquillaje: Lis Iun / Ilustración: Esteban Tómaz / Diseño Gráfico: Florencia Romero
Asistencia de Dirección: Nicolás Isasi




10/5/11

La Cantante Calva

La Cantante Calva es la obra por excelencia del teatro del absurdo. Absurdo que es producto de la sociedad, del sinsentido del hombre moderno y por esta razón la obra resulta cómica y extraña. 

“Desearía poder, alguna vez, por mi parte, despojar la acción teatral de todo eso que ella tiene de particular: su intriga, los rasgos accidentales de sus personajes, sus nombres, su pertenencia social, su cuadro histórico, las razones aparentes del conflicto dramático, todas las justificaciones, todas las explicaciones, toda la lógica del conflicto. El conflicto existirá -de otro modo no habría teatro- pero no se conocerá su razón.” 
Eugene Ionesco, 1953. 

Esta puesta en escena explora el género absurdo pero no de una manera incoherente e ilógica porque sí (por el sinsentido mismo), sino, en relación a las palabras del mismo Ionesco, siguiendo el camino que abren los diferentes conflictos que surgen a lo largo de la obra, los cuales dejan en evidencia el absurdo de la existencia del hombre moderno. 
Esta puesta pretende, por lo tanto, que quien asista a la obra se ría de aquellos seres y aquellas situaciones que ve en escena y al mismo tiempo, sin embargo, que no deje de sentir que toda esa incoherencia no difiere mucho de la incoherencia y el vacío que atraviesa a diario nuestra propia realidad.